viernes, 4 de diciembre de 2009

Un ataque a la libertad

Guillermo Dupuy en Libertad Digital

El Estado no debería ni prohibir ni imponer símbolos religiosos en ningún centro educativo. Ya que el Estado no concede bonos escolares a los padres para que éstos elijan el centro de su preferencia, al menos les debería permitir decidir democráticamente en todos los centros escolares que se financian directamente con dinero del contribuyente. Aunque esta última decisión no sea del todo satisfactoria, al menos tendríamos seguridad de que la presencia –o ausencia– del crucifijo viola el derecho de un menor número de padres.

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