El nacionalismo vasco creó un sucedáneo de Dios al que sus adeptos debían adoración, que era Euskalherría; y sustituyó la promesa del Paraíso de la religión por la promesa de un paraíso terrenal que era la independencia.
lunes, 11 de enero de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario