Pretender la originalidad en un mensaje de móvil es tan necio como el orgullo de la honesta madre de familia catalana que se enorgullece de que su niño culmine una torre humana –eso de los «castellers» o algo así–, y proteste por las corridas de toros. El niño que se la pegue y al toro que lo mimen.
martes, 5 de enero de 2010
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