martes, 23 de febrero de 2010

Conócete a ti mismo

César Vidal en La Razón

Todavía hace unas horas y en el más puro estilo zapateril, la vicepresidenta afeaba la higa de Aznar mientras pasaba por alto la actitud salvaje de un grupo de fascistas jóvenes –no es un error de calificación, ya saben ustedes que el clásico dijo que hay dos clases de fascistas: los fascistas y los antifascistas– que insultaba al antiguo presidente del Gobierno. Ni siquiera José Blanco ha mostrado tanta devoción, tanta entrega, tanta sumisión a ZP como María Teresa Fernández de la Vega y ahora queda fuera de la Comisión famosa que va a cortar el bacalao de la política española. No sólo eso. Casi todos la dan por finiquitada en el círculo interior. Confiemos en que la vicepresidenta, que es una católica ejemplar –se lo he escuchado decir a dos cardenales– encontrará en la religión el consuelo necesario para estas horas amargas.

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