martes, 16 de marzo de 2010

La paz social

Alfonso Ussía en La Razón

El gran criminal georgiano que gobernó con furor en la Unión Soviética durante decenios, tuvo mucho que ver con la Guerra Civil en España. Sucede que su gran aliado español, el que le abrió las puertas de par en par a sus comisarios políticos, sus soldados camuflados en las Brigadas Internacionales y sus miles de agentes distribuidos por toda la zona republicana, fue un socialista radical, Negrín, que le entregó además del culo, el oro del Banco de España. No todo, que algo se desvió por ahí. Stalin tuvo mucho que ver, como recuerda César Vidal, en la matanza de Paracuellos del Jarama y en infinidad de crímenes cometidos por su gente en las retaguardias y checas republicanas. Asesinatos que también sufrieron militantes de otras fuerzas de la Izquierda. Su bagaje, cuando los bigotes de Stalin estuvieron a punto de impedir que pudiera clausurarse su féretro, fue de casi un centenar de millones de personas asesinadas, veinticinco de ellas, en la Unión Soviética. Y no se cuentan las víctimas desaparecidas, fallecidas por las hambrunas o ejecutadas por sus agentes allá donde llegaba su poder omnímodo. Y ese personaje ha sido borrado de la «Memoria Histórica» por cinco partidos que se dicen democráticos, defensores de los Derechos Humanos, recuperadores de la verdad y amantes de la paz. 

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