jueves, 8 de julio de 2010

La imprevisión

Bernd Dietz en Libertad Digital

Convendrá prever la posibilidad de que la olla estalle en pedazos y sobrevenga algo de catarsis. Esto es, que el hasta ahora exitoso runrún de un neocaciquismo cañí camuflado bajo retórica largocaballeresca, ese desgarbado travestismo almodovarianamente hortera e ideológicamente sincrético que a tantos satisface, se declare exhausto por sobrexplotación e, inoperante como un mamut entrado en años, se resista a continuar. Acaso, porque estando el sistema ya tan sobrecargado de trapacería, se torne insoportable e inmanejable incluso para sus perpetradores. O bien porque lo señale con desdén acusador incluso el último bebedor de sangría, hasta el turista más tercermundista y obnubilado, el guiri escoba, por haberse corrido ya la voz de lo que aquí rige del ecuador a los polos.

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