martes, 6 de julio de 2010

Los insumisos no quieren competencia

Pablo Molina en Libertad Digital

La democracia sólo es aceptable para la izquierda cuando el resultado coincide con sus deseos. Si no es así se utiliza el accidente de un petrolero, una guerra lejana en la que no tenemos soldados o una masacre terrorista para hacer valer la voz de la calle, la misma que desprecia cuando ocupa el poder, vulnerando el estado de derecho y rebelándose contra los gobernantes legítimos.

Ocurre igual con la libertad de expresión, que sólo es aceptable cuando el sujeto expresa lo que dice la izquierda, quedando ese derecho inmediatamente suspendido si el ingenuo se atreve a opinar en fuera de los límites establecidos por el cotarro progresista.

Con la decisión del presidente murciano de no aplicar la nueva ley del aborto con carácter preventivo, asistimos al divertido espectáculo de unos profesionales de la rebelión contra el orden establecido exigiendo al díscolo representante de la derecha que se someta a los mismos principios que ellos rechazan de forma pública y contumaz cuando las decisiones no les convienen.

Los mismos que desde lo mediático justifican las huelgas salvajes que paralizan una ciudad a despecho de la normativa vigente en materia de servicios mínimos, y desde lo autonómico impiden a los ciudadanos ejercitar los derechos que las leyes les reconocen, exigen al partido rival que lleve a la práctica lo previsto en una ley pendiente de revisión por el Tribunal Constitucional, aunque de ello dependa la vida de decenas de seres humanos no nacidos.

Y el caso es que tampoco es que Ramón Luis Valcárcel haya puesto en cuestión el sagrado dogma del "derecho al aborto" promulgado por Zapatero, porque la región de Murcia está entre las primeras en la clasificación porcentual de abortos y aquí se va a seguir abortando sin impedimentos en función de lo establecido por la anterior ley para seguir en la cabeza de la tabla.

Es sólo que a la izquierda le fastidia que los demás pongan en cuestión sus imposiciones, porque esa es una facultad que se ha atribuido en exclusiva como llevamos viendo desde hace ya demasiado tiempo. ¿Les molestan los insumisos? Pues que ordenen detener al alcalde del Puerto de la Selva, provincia de Gerona, y de paso que se entreguen a la autoridad todos los que llevan meses en abierta rebelión contra el orden constitucional. Entonces hablaremos de Valcárcel.

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