viernes, 29 de octubre de 2010

Un niño saharaui

Emilio Campmany en Libertad Digital

Me parece muy bien desconfiar de lo que cuentan los Gobiernos, incluido el israelí. Como me lo parece que los periodistas hagan lo posible por descubrir a verdad y poner en solfa en su caso a la autoridad que haya intentado engañar a la opinión pública. Lo que es inaceptable es que casi toda nuestra prensa, que niega sistemáticamente toda credibilidad al Gobierno israelí, se crea a pie juntillas cualquier cosa que nos largue la teocracia alauita. Esta diferente vara de medir resulta aun más sangrante si se considera que Israel se enfrenta a poderosas organizaciones terroristas, mientras que lo que Marruecos pretende es anexionarse un territorio que nunca fue suyo y que está habitado por un pueblo que no es el marroquí. Una vergüenza lo nuestro.

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