miércoles, 12 de enero de 2011

Ha vuelto a suceder

Gabriel Albiac en ABC

Con tiempos casi calcados, a un año y medio de unas elecciones generales que se anuncian catastróficas para el PSOE de Zapatero, ETA vuelve hoy a jugar sus bazas. Que son idénticas a las de entonces. «Alto el fuego permanente» pero no definitivo, condicionado en su continuidad a la resolución de «las claves de la territorialidad y el derecho de autodeterminación, que son el núcleo del conflicto político». En términos casi idénticos a los de entonces, el gobierno responde con la retórica dual del «no es óptimo, pero sí bueno». Que formuló antaño Zapatero al contraponer los benévolos tiempos sin atentados a los años más duros; que, con más cautela, ha formulado esta vez Rubalcaba en su autoentrevista: «Si me preguntan ustedes ¿está usted más tranquilo hoy que ayer?, honestamente les diría que sí». El señor Rubalcaba y su «honestidad» sabrán por qué. Como el señor Zapatero y su sonrisa debían saber el porqué de su optimismo tan sólo unos días antes del atentado de la T4 en Barajas.

Ha sucedido de nuevo. Todo se repite ahora como un calco. Y es en esa repetición donde uno cree percibir el tintineante desasosiego de lo siniestro. ETA persevera en su identidad de siempre. Zapatero persevera en su infantil grandilocuencia. El ciudadano asiste a la farsa repetida. Y todo vuelve.

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