José Antonio Martínez-Abarca en su blog de Libertad Digital
No estoy acusando como hacen los demócratas americanos de que hayan creado un vago, poco mensurable y finalmente discutible "ambiente de crispación" que haya desembocado a través de tortuosos procesos mentales de algún loco en trágicas consecuencias políticas. No es algo obra de "elementos incontrolados". Sino algo infinitamente más grave: estoy acusando directamente de que algunos sindicatos "de clase" en Murcia han puesto a Cruz en la situación precisa de que alguien, de entre los suyos o aledaños, le dé el paseo. No hay posibilidad de dudas retóricas. "Sobrinísimo", lo llamaron. Ya sabemos quién lo llama así, como sabemos quién llama "txakurra" a la gente decente. Todas las pruebas de esto se han publicado estos días rigurosamente, por tierra, mar y aire. Sólo hay una diferencia de ciertos sindicados "funcionariales" o de gentuza que utiliza sus siglas con su beneplácito respecto a los batasunos: que éstos ahora mismo aseguran repugnar de estos métodos criminales. Qué vacías veo aún las cárceles. Los sindicados "pacíficos" en Murcia deben renegar de ellos y, qué duda cabe, de las comunes reivindicaciones, a partir de hoy irremediablemente teñidas de sangre. Y aún alguien dirá que estos agentes son "interlocutores sociales". De acuerdo: estrictamente en los "vis" a "vis" de los módulos de alta seguridad.
domingo, 16 de enero de 2011
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