El papel de la religión en el desarrollo de la Historia ha sido –y sigue siendo– muy desigual. En algunos casos, esa influencia se ha traducido en la consagración de modelos de explotación e injusticia, en represión y fanatismo; en otros, ha tenido, como consecuencia directa, la creación de modelos políticos liberales y democráticos. Ése fue el caso de los puritanos protagonistas de las revoluciones anglosajonas del s. XVII que consagraron el modelo parlamentario inglés o que, a finales del s. XVIII, dieron lugar a la constitución de los Estados Unidos con su peculiar sistema de separación de poderes. Ese modelo puritano ha inspirado esencialmente la Historia de Estados Unidos permitiendo libertad para todos, pluralidad de creencias y fe en la Providencia a la vez que excluía tanto las inquisiciones como las visiones sectarias de carácter laicista al estilo de ZP.
domingo, 17 de enero de 2010
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