La ausencia de toda referencia al 11-M en las portadas de buena parte de la prensa española no deja de ser una consecuencia más o menos inevitable de su renuncia a la obligación periodística de intentar averiguar siempre toda la verdad. Una verdad que debería buscarse aún con más ahínco en lo referido al mayor atentado de nuestra historia, atentado que además tuvo unas claras consecuencias políticas que a nadie se le ocultan.
viernes, 12 de marzo de 2010
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