martes, 26 de octubre de 2010

Igualdad por el morro

Tomás Cuesta en ABC

Lo del señor De la Riva es una vulgaridad de tomo y lomo. Tomar pie en ello, como ha hecho la ministra Sinde, para dictar «el vacío a todos aquéllos que mantienen pensamientos y creencias obsoletas», no es tan sólo un desquicie retórico que convierte a un don nadie en canon del Satán redivivo; es colar por la puerta falsa la idea totalitaria, según la cual «los pensamientos y creencias obsoletas» deben ser depurados. En sensatez básica, lo del alcalde no es ni «pensamiento», ni «creencia», ni «obsoleto». Es una grosería.

(...)

Encerrar a las mujeres en guetos para «mujeres positivamente discriminadas» es destruir la lucha por una igualdad ante la ley, que es siempre igualdad entre diferentes. «Rechazo absolutamente la idea de encerrar a la mujer en un gueto femenino», escribía Simone de Beauvoir, porque «las mujeres no tienen que afirmarse como mujeres, sino como seres humanos de pleno derecho».

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