Tomás Cuesta en ABC
No hay «multiculturalismo» que pueda coexistir con la cultura de las libertades democráticas. Es duro reconocer una evidencia acre, mas de nada sirve ya llamarse a engaño: Islam y democracia son incompatibles. Y si —al margen de lo que cada cual crea de tejas hacia abajo— «nos sentimos ligados a los valores cristianos», es porque sobre ellos ha sido construida la única sociedad libre e igualitaria de la historia. «Aquel que no los acepte, está de sobra», ha remachado la canciller germana. Bueno es saberlo, pues, de no ser así, habría que aceptar que nosotros sobramos.
martes, 19 de octubre de 2010
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