José María Marco en La Razón
Sindicatos, nacionalistas radicales… queda el último punto, el de la campaña contra el PP, en el que Rodríguez Zapatero se muestra, más que nunca, fiel a sí mismo. El espantajo de un enemigo político e ideológico de extrema derecha será agitado hasta la náusea para movilizar al electorado propio, al que el Gobierno sigue considerando sensible a este tipo de campañas. Todo es admisible en ese punto. De hecho, ya ha quedado bien claro quién manda. Rubalcaba, más sofisticado que Alfonso Guerra, pretende dejarlo en mantillas. La natural prudencia de todos los que en España dependen del gobierno o del poder, que son muchos, habrá quedado bien aleccionada.
lunes, 25 de octubre de 2010
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