Carlos Rodríguez Braun en Libertad Digital
Tras esta clase de melonadas en el campo biológico no cabía esperar una reflexión económica solvente. Por ejemplo, que la subida de los precios de los alimentos debió mejorar la situación de los países pobres, porque muchos de ellos los producen (el daño pudo estribar en que los gobiernos de otros países no les permitieran exportar su producción); que el hambre en el mundo se ha ido reduciendo marcadamente en las últimas décadas; que ninguna ayuda exterior ha reducido la pobreza de modo apreciable o de modo comparable al esfuerzo de los propios ciudadanos de los países pobres; que las muertes por pobreza y hambre no se deben a la falta de ayuda sino a la falta de paz, de justicia y de libertad que millones de personas sufren por culpa de sus gobernantes.
lunes, 25 de octubre de 2010
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