sábado, 30 de octubre de 2010

Zapatero, el único que no se aprieta el cinturón

Editorial de Libertad Digital

Es cierto que el gasto en personal es una de las partidas más cuantiosas de los Presupuestos y a la que, por consiguiente, es más fácil echarle el diente. Pero ello no justifica que mientras se siguen reduciendo los salarios públicos, el despilfarro del Ejecutivo se mantenga o incremente en la inmensa mayoría de frentes: así las dádivas a los sindicatos, a los artistas de la ceja, a las constructoras amigas del partido y, sobre todo, a unas autonomías y entidades locales que dilapidan –sólo por su gestión ineficiente– más de 30.000 millones al año, el 3% del PIB.

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