sábado, 27 de noviembre de 2010

Álex de la Iglesia

Juan Manuel de Prada en ABC

En alguna ocasión Álex de la Iglesia ha manifestado que todo su cine nace de un fondo de dolor; y que ese dolor encuentra su desaguadero en un humor desaforado, cruel, vesánico casi. En Balada triste de trompeta ese fondo de dolor —alimento del verdadero artista— se hace más fecundo que nunca, y cuaja una obra trágica y grotesca, macabra y circense a un tiempo, una obra que parece amasada con la sangre de Quevedo y Gutiérrez Solana, Goya y Berlanga, Valdés Leal y Ramón Gómez de la Serna, después de que alguien los hubiese arrojado juntos a la jaula de los leones.

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