viernes, 26 de noviembre de 2010

Antes de las autonómicas catalanas

Agapito Maestre en Libertad Digital

Durante la campaña electoral se han empecinado sobre una perversidad, a saber, la manipulación sistemática de los derechos democráticos, que son siempre individuales, hasta hacerlos depender de unos inexistentes derechos colectivos, históricos, territoriales e identitarios. Falso. Las elecciones de Cataluña son para votar un parlamento primero, y después un mesogobierno, que forman parte del Estado-nacional español. Son instituciones españolas o no son. Punto.

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Los votantes no tragan con el engaño y precisamente, por eso, no irán a votar. La abstención se prevé de campeonato; entre otros motivos, sigo la encuesta preelectoral del CIS, porque un 66% no se considera nacionalista, y de los que sentían nacionalistas un 5% se considera aún menos nacionalista que hace cuatro años. Si con esto no tienen bastante para sentir vergüenza los partidos nacionalistas, o sea casi todos los partidos de Cataluña, apunten estos datos de esa misma encuesta: sólo un 37% del electorado se siente más catalán que español o sólo catalán y, además, ha disminuido en un 8% respecto a una encuesta similar del año 2006.

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