Al afirmar que todavía no sabe si hizo lo correcto al no autorizar a finales de los 80 la liquidación en Francia de la cúpula de ETA, Felipe González no hace sino un cobarde y falso intento de maquillar con argumentos morales lo que en realidad no fue otra cosa que una actividad criminal, en la que se malversaron fondos públicos y en la que se asesinó, torturó y secuestró a miembros de ETA y a otras personas que nada tenían que ver con la organización terrorista.
jueves, 11 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario