Alfredo Abián en La Vanguardia
El aumento de la fiscalidad sobre el tabaco fue presentado no sólo con ánimo recaudatorio, sino incluso como una bendición sanitaria para los adictos. Si la droga se encarece, así consumirán menos. Lo dice la propia OMS: por cada diez puntos de presión fiscal sobre los cigarrillos, la inhalación de humo cae hasta un 8%. Teniendo en cuenta que el incremento ha sido del 28%, dentro de poco sólo fumarán quienes aparezcan en las listas de Forbes. (...) Aquí nos protegen, no como en la Gran Madre Rusia. En un ejercicio devastador para los cánones sociosanitarios, el ministro de Finanzas ruso, Alexei Kudrin –la Elena Salgado moscovita–, invita a sus compatriotas a fumar y beber como cosacos porque así pagan más impuestos.
lunes, 6 de diciembre de 2010
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