sábado, 18 de junio de 2011

Autoridades y autoritarios

Tomás Cuesta en ABC

No existe auctoritas en este país nuestro a la deriva, donde por no existir no existe ya ni Estado. Y hay un fondo de verdad siniestra en la confusión que Rubalcaba exhibe entre «autoridad» y «autoritarismo». Sólo la dignitas puede distinguir entre ambos. Sólo la dignidad de los representantes políticos hace, en una democracia, legítimo y necesario el uso justo de la autoridad. Los autores del Diccionario de Autoridades —el primero y mejor de los de lengua castellana— no se engañaban cuando, en 1726, definían la autoridad como «excelencia, representación, o estimación adquirida, o por la rectitud de la vida y eminencia de la virtud, o por lo respetable de la nobleza y de la edad, o por lo grande de la sabiduría, poderío, honor y otros títulos que hacen a uno digno». Sin dignitas, autoridad y autoritarismo son lo mismo: así sucede en el mundo de Rubalcaba.

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