viernes, 3 de junio de 2011

Franco y el gallinero progre

Pío Moa en Libertad Digital

Las creencias son libres y esos señores tienen derecho a tragarse y propalar las mayores necedades, nadie va a negárselo. Dada su presencia pública, sí cabría exigirles que se atrevieran a debatir sus creencias, pero hasta ahí no llega su audacia.

Su audacia la demuestran en otros campos: la desenvoltura con que no solo gritan, sino que demandan la censura y la imponen en cuanto está a su alcance, o exigen la "corrección" de textos no acordes con sus creencias, o acusan a otros de mentir, sin dar la menor prueba al respecto. Con lo cual demuestran ser tan "demócratas" como aquellos republicanos y frentepopulistas que tan agudamente describe Azaña: "¿Tendremos que resignarnos a que España caiga en una política tabernaria, incompetente, de amigachos, de codicia y botín, sin ninguna idea alta?". ¿Tendremos que resignarnos a que este gallinero imponga sus memeces como historia y cultura españolas?

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