jueves, 16 de junio de 2011

Indignados indignos

Pilar Rahola en La Vanguardia

Hemos confundido el Twitter con un programa electoral, hemos considerado que convertir una plaza pública en un camping era muy guay y hemos otorgado la razón política a la fuerza de una ocupación. Es decir, hemos cedido el debate a aquellos que hacían más ruido. Y por el camino de deslumbrarnos con un mayo del 68 casero, y revivir la nostalgia adolescente, hemos olvidado que la democracia no se impone en la calle, sino que se gana en las urnas.

Cuando las urnas son despreciadas y los representantes son violentados, entonces la ley de la calle se impone. ¿Para mejorar la democracia? No, para destruirla.

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