lunes, 15 de marzo de 2010

Antígona en Nuakchott

Gabriel Albiac en ABC

El padre que paga a ETA -o a quien sea- para salvar la vida de su hijo, es un sujeto moral admirable. Al cual la ley no tiene más opción que procesar; mientras la ley no se cambie. El Estado que paga -a Al Qaida o a quien sea- para obtener la libertad de una pobre secuestrada, actúa en modo moralmente irreprochable. Y delictivo. Legalmente delictivo. Y toda su autoridad moral se haría añicos si, para eludir riesgos penales, enfangase la belleza moral de su acto, ocultándolo como vergonzante.

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