José García Domínguez en Libertad Digital
Postergada –de momento– la revocación formal del Compromiso de Caspe, ahora toca el cupo. Que, por cierto, no era otro el propósito que en su día los llevó a colar en el articulado Estatut unos arcanos "derechos históricos" cuya naturaleza nadie ha acertado a concretar. Aunque, a fin de cuentas, únicamente se trataba de plantar el germen de la enésima afrenta mítica; de seguir alargando hasta el infinito la tensión dramática con Madrit bajo la coartada del "expolio fiscal"; y de envenenar –todavía más– la riña entre las comunidades, abriendo el frente aún inexplorado de la asimetría financiera. Y Génova, riéndoles las gracias.
martes, 30 de noviembre de 2010
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