miércoles, 1 de diciembre de 2010

Antes, les fusilaban

Ramón Pérez-Maura en ABC

Hubo un tiempo —tampoco hace tanto— en que cuando un extranjero robaba a un país información confidencial que podía poner en peligro la vida de sus tropas —o de cualquiera de sus nacionales— se le juzgaba y —de ser declarado culpable— se le condenaba a muerte. El delincuente Julian Assange reuniría todos los requisitos de una pena felizmente superada. Y si en lugar de estar atacando a una democracia como Estados Unidos, lo estuviera haciendo con una tiranía como China o un régimen autoritario como Rusia sus horas estarían contadas —o hubieran dejado de contarse hace tiempo.

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