viernes, 3 de diciembre de 2010

En el egoísmo está la raíz de todos los males

Marta Pérez-Cameselle en Libertad Digital

Qué decir de los motivos que inducen a abortar, sea cual sea el motivo concreto, la raíz siempre es la misma: un ser humano no deseado por quien lo ha concebido, una carga que perturba... no hay diferencias apreciables entre ambos casos salvo el momento de la vida de ese ser humano en el que es eliminado... Sin embargo, socialmente, no es lo mismo. La aceptación social del aborto es actualmente un hecho. Decía Julián Marías terminando el siglo XX: "sin excepción, lo más grave que ha acontecido en este siglo que se va acercando a su final".

Hoy diríamos, desde el s. XX. Nos hemos acostumbrado a convivir en sociedad con esa realidad sin que produzca escándalo, lo cual no impide las más variadas posturas a título individual, desde el rechazo frontal hasta su reivindicación como derecho.

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