martes, 7 de diciembre de 2010

Presidente de facto

Ignacio Camacho en ABC

Rubalcaba ha dirigido el gabinete de crisis, Rubalcaba ha comparecido ante la prensa y la tele, Rubalcaba ha aportado el aplomo que se le escapaba a un Blanco descompuesto, Rubalcaba ha dado las órdenes al Estado Mayor, Rubalcaba se ha mantenido a los mandos y Rubalcaba ha dirigido la coreografía del estado de alarma. Incluso la intensa dramatización política de la larga noche de los cielos cerrados —el despliegue militar en los aeropuertos, la lóbrega declaración de emergencia en plena madrugada, la sobreactuada solemnidad de la emergencia— llevaba el sello escénico del co-presidente. La desaparición de Zapatero en la crisis de los controladores ha tenido el carácter simbólico de una entrega de poderes. Recluido en Moncloa, su papel se ha limitado a firmar los decretos que le iba pasando el hombre que estaba al frente de las operaciones.

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