La verdad es que si suprimimos ese remoquete de «la verdad es que», decimos exactamente lo mismo. ¿No hay que ahorrar, porque estamos en crisis? Ahorremos al menos saliva en estas modas horrendas de repetir remoquetes no significantes. «Dicho lo cual» (como aprendí al aprobar con nota Primero de Tertulianés), la verdad es que ante tanta mentira como nos rodea, conviene quizá resaltar un bien escaso como es la verdad. Siguiendo, pues, las divinas enseñanzas de los dictados de la moda, nos atrevemos a decir:
La verdad es que las lágrimas de Carmen Chacón sonaban a falsas, a guión escrito por su marido, a paripé de la que da un paso atrás ahora para poder darlo luego adelante como rueda de repuesto, cuando se produzca con el pinchazo de Rubalcaba en el segundo batacazo del PSOE.
La verdad es que no me explico que todos contra el PP y nadie contra Bildu; el PSOE de Andalucía le pide a Rubalcaba que frene al PP; el primer objetivo de IU en Extremadura es que no gobierne el PP como lista más votada; en cambio nadie se preocupa de frenar a los proetarras de Bildu, ni de impedir que Bildu gobierne nada, aunque sea la lista más votada.
La verdad es que no sólo tenía razón el otro con lo que dijo, sino que lo han aplicado: «Si de la derrota del PSOE tiene la culpa la crisis, que dimita la crisis».
La verdad es que se puede comer pepino español para demostrar a los alemanes que no matan, como Fraga se bañó en Palomares tras la bomba, pero la consejera de Agricultura de Andalucía es que devoraba el pepino, qué ansia comiéndose el pepino, con lo feo que suena eso, Dios mío de mi alma...
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