Editorial de Libertad Digital
Sucedió con Felipe González, con Aznar y con Zapatero. Sorprende, por lo tanto, que se persevere en un proyecto que, además de inmoral e ilegal, es impracticable y difícil que culmine tal y como espera Zapatero, con la ETA desarmada y sus miembros arrepentidos y reinsertados en la sociedad. Si el Gobierno se mete de cabeza en un embrollo como este es porque acabar con ETA es la última carta que le queda para recuperar el crédito perdido tras dos años y medio de desatinos. No hay nobles intenciones sino cálculos políticos perfectamente ponderados
martes, 2 de noviembre de 2010
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