Carlos Rodríguez Braun en La Raz
Oponerse a la financiación pública de la Iglesia es un argumento respetable, que yo comparto, aunque incómodo para la corrección política intervencionista, porque si vamos a respetar la libertad y la propiedad de los ciudadanos, los mismos argumentos que valen para negarle el dinero de los contribuyentes al Papa también valen para negárselos a todos los supuestos progresistas que quieren a su vez negárselos. Y con más razón, porque el pueblo aprecia más a la Iglesia que a los partidos políticos, los sindicatos o el lobby gay.
martes, 2 de noviembre de 2010
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