Editorial de Libertad Digital
La nueva composición del parlamento regional no puede ser más inquietante, por mucho que circunstancialmente pueda dar lugar –y está por ver– a un menor intervencionismo en materia económica y, por tanto, a una mejoraría de la situación. La prueba más palpable del fracaso de nuestras instituciones es que siendo el nacionalismo y la política de odio hacia España los principales causantes de la parálisis social, económica y moral de Cataluña, el nacionalismo continúa creciendo y expandiéndose simplemente cambiándose los collares. Inquietante, y no sólo para Cataluña, sino también para los restos de España.
lunes, 29 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario