Alguien es valiente cuando realiza una acción en la que arriesga algo que aprecia mucho y que le pertenece. Zapatero, en cambio, arriesga el dinero del contribuyente presente y futuro, no el suyo. Está especulando de manera alocada con el crédito de las empresas, con el empleo de los trabajadores que aún tienen la suerte de conservarlo, con el sistema eléctrico, con las pensiones y con el tejido empresarial de todo el país.
Su objetivo no es otro que poder salir de esta crisis sin renunciar a la etiqueta de presidente "rojo" que el mismo se puso al llegar a Moncloa. Piensa que puede escapar en esta huida hace adelante soltando mensajes contradictorios para calmar a todos y seguir haciendo lo mismo: intervenir y gastar. Lo que parece tontura o valor no es más que temeridad y cobardía.
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